jueves, 28 de junio de 2012

El hilo dorado

¿Y si se rompiese un pequeño hilo de toda la gran encrucijada? Pero no un hilo cualquiera, no. El más fino, el más frágil, el más corto, pero el más brillante. El hilo dorado. El que menos peso sujeta, el que menos une, pero el que da luz al resto. ¿Podría la estructura resistir sin él? Sí, por supuesto que sí. Pero sería una escultura aburrida, caótica y sin luz. Algo propio de un viejo trastero abandonado y no de una simple encrucijada que te hace sonreír cuando un rayo de sol ilumina ese pequeño, pero importante hilo dorado.



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