sábado, 17 de noviembre de 2012

Jazz

Me gusta el jazz. Me gusta el jazz porque es diferente. Me gusta la improvisación, me gusta la iniciativa, me gusta el amor que los músicos ponen cuando tocan jazz, me gusta lo que significa. Me gusta porque no hay normas. El jazz huele a clase, huele a juego, huele a humo del puro de un magnate que besa la mano de una señorita con guantes negros. Gente con amor, con talento, con fuerza que dejan de ser ellos mismos para ser un compás, un sonido, una nota. Convertirse en música, la gran protagonista de todos los momentos de una vida. Me gusta el jazz porque no lo entiendo, y porque no tengo que hacerlo. 


                    

lunes, 5 de noviembre de 2012

La dulce nada

Era de noche y llovía. Adoro escuchar la lluvia desde la cama. Es una invitación a dormirme y desconectar de lo humano por unas horas, pero ese día... ese día era diferente.

El insomnio se me clavaba como las espinas de una rosa haciéndome sangrar. Sentía esa presión debajo del pecho que venía siempre después de un acontecimiento conectado a la vulnerabilidad. De hecho, me sentía vulnerable. Como una mascota perdida que espera inmóvil a que la rescaten. Era un castigo merecido, impuesto solo por mí mismo. 

Que injusticia. La lluvia no conseguía que me durmiera esta vez. Sabía que la vulnerabilidad volvería al despertar, pero me consolaba pensar que durante unas horas no sentiría miedo, ni confusión, ni angustia, ni frustración. Me esperaba una dulce nada, una negra, dulce y apacible nada.

Y cuando la presión estaba siendo insoportable desapareció, y desaparecí yo, pero no sentí el vacío de no sentir nada. No era consciente de ello. Quise alargarlo pero no pude.  Me desperté, y la presión me dio los buenos días, y mientras me ataba el lastre que arrastraría todo el día pensé en la noche, y en la lluvia y en la dulce nada, pero esta vez no me sentí consolado. Y me asusté mucho. Algo en mi interior hizo que la idea de una recompensa mayor se pasara por mi cabeza.

¿Nadie piensa en la dulce nada cuando se despierta? ¿Como puede ser? Es la sensación más agradable y apacible que he sentido en meses. Me puse la máscara y el abrigo y desee volver a verla pronto, desee abrazarla mientras dormía, desee que estuviera conmigo. Cuando estábamos solos no tenía miedo, ni me sentía vulnerable, ni angustiado, solo la sentía a ella. NADA.


jueves, 1 de noviembre de 2012

El infierno


Bajé al infierno porque quería pactar con el diablo y me vi allí, bailando en una hoguera, quemándome y desapareciendo sin ningún tipo de expresión en la cara. Me dolía ver la situación, aunque a mi otra yo no parecía que el fuego le hiciera daño ¿Cuál era mi propuesta entonces? ¿Dejar de quemarme? Ni siquiera sabía que era eso lo que pasaba hasta que decidí bajar a allí.

De repente me sentí confusa y me di cuenta de que aquello era demasiado grande para mí, que no importaba lo inteligente y buena negociadora que fuera en la Tierra. Ese no era mi territorio y sentí miedo de mirar al diablo a los ojos. No estaba preparada. No hasta que pudiera derrotar a mis propios demonios. No hasta que pudiera verme arder en la hoguera con la misma expresión que ella, ninguna.

Ese viaje me había dejado sin fuerzas, me encontraba profundamente cansada, exhausta para recorrer el camino hacia mi libertad. Entonces me propuse quedarme allí, en la tierra de la oscuridad. No pactaría con él, sería demasiado fácil, y tendría consecuencias eternas. Así que me senté en un rincón, muerta de miedo y me condené a quedame allí, viéndome arder, hasta que mi expresión fuera la misma que la de ella. Solo en ese instante sabría que ya estaba lista para mí, para volver, para seguir, para ser.

lunes, 8 de octubre de 2012

¿Estoy vivo?

Me hace esperar sentado en tierra mojada, sé que tarde o temprano llegará, pero no deja de llover y estoy mojado. No tengo frío, no estoy asustado, me gusta el sonido del agua impactando en mi piel, hace que me sienta vivo ¿Estoy vivo? me pregunto a veces. Y una voz en mi cabeza me dice que qué clase de pregunta es esa. Pues claro que estoy vivo, mi corazón late y mis pulmones respiran, pero yo siempre voy más allá. Siempre recorro un poco más de camino, siempre veo unos metros por delante ¿De verdad estoy vivo? Solo siento agua en mi piel ¿Es eso estar vivo? Y la voz de mi cabeza repite que qué clase de pregunta es esa. Pues claro que estoy vivo, si no lo estuviera no sentiría el agua. Pero cuando llegue, cuando deje de esperar, me levantaré de este charco y dejaré de hacerme preguntas estúpidas. Y dejará de llover. Y dejaré de estar para sentir...me vivo.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Yo soy viento

Solo, sentado, mirando al fuego, que arde dentro, que quema hasta arrasar, que aviva el miedo de un incendio pasado. No hay vida, no hay aire, solo humo negro que impide respirar.
Fuego entre el pasado y el futuro.
Fuego que calienta y cura, fuego que quema y hiere.

¿ Y tú? Tú eres fuego. ¿Y qué soy yo? Yo soy el viento. Obligado a correr entre las llamas, como si no quemasen. Encargado de excitarlas y llevarlas a la cumbre, como si fuese malo. Culpable de extenderlas y arrasarlo absolutamente todo, incluso a mí mismo. Destino irónico que me obliga a volver a nacer para quemarme vivo, sin que nadie escuche mis llantos sordos, esperando a desaparecer, esperando a dejar de soplar, esperando mi propia muerte, esperando renacer para volver a quemarme.

domingo, 5 de agosto de 2012

Ella

Abrí la puerta mientras bromeaba con algunos colegas y entré. Me acerqué a la barra y antes de que me diera tiempo a pensar qué marca de whisky me apetecía, la vi. Allí estaba ella, borracha, bailando y riendo con una tía. Era jodidamente sexy. Sin conocerla, tan solo una chica del montón con un atractivo que no pasaba desapercibido. Pero aunque llevaba semanas evitándola, yo ya había ido más allá. Era imposible mirarla sin recordar lo increíble que era en la… en todos los sentidos. Por eso la evitaba, porque todavía estaba a tiempo. Ella se acercó a la barra y yo a ella, supuse que era el momento y con un poco de morro la saludé llamándola preciosa. Era un poco injusto, sabía el efecto que tendría esa palabra en ella saliendo de mi boca, pero ya se sabe, si en el amor y en la guerra todo vale, en el sexo más.


Confirmé que estaba borracha, no por su forma de hablar, ni de moverse sino porque estaba en el punto de desinhibición propio de la tercera o cuarta copa. Me estaba follando con la mirada. Yo hacía que no me daba cuenta, pero no podía dejar de mirarle la boca, y no porque estuviese hablando precisamente. Otra vez, estaba jodidamente sexy. Hasta la puta sonrisa más dulce del mundo decía sexo si estaba en su boca. Esta noche me iba a costar más evitarla. Quizá me estaba enamorando de ella. Quizás echara demasiado de menos escucharla gritar mi nombre.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Sueños

Porque nada es imposible. Sé tú mismo. Confía en tus capacidades. No permitas que nadie te diga lo que no puedes hacer. Si los demás pueden ¿Por qué no tú? Nunca renuncies a tus sueños, confía en ellos y síguelos aunque haya acantilados en el camino. Cáete, levántate y sigue soñando. Resiste la frustración. Pide ayuda si la necesitas. No seas dependiente. Párate a pensar. ¿Quién eres? ¿Qué quieres ser? ¿Por qué? Y actúa en consecuencia. Porque un día te despertarás, mirarás a tu alrededor y te darás cuenta de que lo has conseguido. 
Para todas esas personas que vivimos soñando.

domingo, 1 de julio de 2012

Recuerdo de otra época

Era el recuerdo de una espalda todavía pálida cubierta de besos. No eran los primeros, pero estos eran diferentes ya que no eran una invitación previa sino un cierre. Y se sintió bien. Como una educada señorita, aunque ni el momento ni el lugar fueran el escenario adecuado. No hubo besos en la mano, ni cortejo con flores, ni vestidos pomposos. No le habría importado, pero le gustaba ocultar su deseo en un soplo de rebeldía.  


Mi esposa desnuda (Salvador Dalí)

El momento no duró mucho, lo suficiente para volver a otra época y regresar con una sonrisa y un nuevo recuerdo. Pero no importaba. Ella lo había entendido y no había dicho nada. Lo había vivido y no había dicho nada. Estoy segura de que aún lo recuerda, pero lo esconde tras su lengua viperina y su inseparable mirada rasgada.

jueves, 28 de junio de 2012

El hilo dorado

¿Y si se rompiese un pequeño hilo de toda la gran encrucijada? Pero no un hilo cualquiera, no. El más fino, el más frágil, el más corto, pero el más brillante. El hilo dorado. El que menos peso sujeta, el que menos une, pero el que da luz al resto. ¿Podría la estructura resistir sin él? Sí, por supuesto que sí. Pero sería una escultura aburrida, caótica y sin luz. Algo propio de un viejo trastero abandonado y no de una simple encrucijada que te hace sonreír cuando un rayo de sol ilumina ese pequeño, pero importante hilo dorado.



domingo, 24 de junio de 2012

Corazón de princesa

Lágrimas que consiguieron apagar las estrellas en un roto corazón de princesa. 

miércoles, 13 de junio de 2012

¿ Y tú dónde estás?



¿Y tú dónde estás? En un camino en que la única salida es seguir caminando,imaginar un destino que no existe y dibujar un compañero en el barro de una parada obligada. ¿Y tú dónde estás?

martes, 12 de junio de 2012

La orgía

En la habitación, diez de las profesiones más respetadas. Altos cargos ocupados por talentosas personas que son poderosas e increíblemente atractivas. Jóvenes inteligentes que se permiten disfrutar de los placeres más banales y psicodélicos a partir de medianoche.

En la mesa, rayas de cocaína, éxtasis y alcohol. Llevando el hedonismo a otro nivel, un nivel desgarrador que se siente incluso en las entrañas. Sensaciones extremadamente fuertes, como ellos. Libertad encerrada, orgía controlada, poder corrupto, placer.


En el rostro, máscaras perfectas que ocultaban una perfección diferente. Labios hinchados, pupilas dilatadas, marcas sensuales. Sentidos descontrolados dispuestos a todo, porque todo está bien. Porque son ellos. Son solo sexo. Están fuera de control y ya no son diez, son solo uno. Un acto primitivo convertido en arte, en una danza desnuda envuelta en un tinte rojizo con ritmos acompasados en todos los sentidos.

En la mañana, una resaca de recuerdos, lagunas todavía húmedas, sonrisas en labios de carmín corrido. Antiguas rendiciones ante una vulgaridad elitista que, una vez sin máscara, vuelven a ser tan solo el reflejo de una profesión respetada en un racional espejo.